ADICCIÓN AL CONSUMO DE AZÚCAR

El azúcar común o de mesa (también llamada sacarosa) forma parte de la dieta diaria de millones de personas, ya sea para endulzar el café o ya añadido en snacks o postres, y es más adictivo de lo que creemos.

El azúcar tiene un alto potencial adictivo ya que causa la liberación de dopaminas en el cerebro. Consumir alimentos con un alto contenido de este compuesto también incrementa la liberación de serotonina, un neurotransmisor que brinda la sensación de felicidad. En pocas palabras, comer azúcar provoca cambios químicos en el cerebro que nos hacen sentir bien e incrementa el deseo de consumir más.

Una de las principales causas que genera la adicción es que esta sustancia se absorbe por la sangre en forma de glucosa (incrementando los niveles), que a la vez libera insulina (enzima encargada de normalizar los niveles de glucosa), es por esto que el alto consumo de azúcar se transforma en un círculo vicioso, ya que la ingesta de dicha sustancia se vuelve una necesidad una vez que la glucosa alcanza el nivel bajo.

El exceso de azúcar puede ser nocivo para nuestra salud, por lo que se recomienda, limitar su consumo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que adultos y niños reduzcan su ingesta diaria de azúcares libres a menos del 10% de calorías totales. Las directrices señalan que una reducción aún mayor, al menos del 5% proporcionaría beneficios adicionales para la salud.

En la actualidad, la industria alimentaria elabora productos “bajos en grasa” alterando drásticamente el sabor y volviéndose incomible. La solución a este problema es añadir azúcar en cantidades excesivas para darle palatabilidad a los productos bajos o libres de grasa, por lo que se vuelve muy importante analizar los ingredientes y el perfil nutricional de estos alimentos, asegurándose que no tengan un exceso de azucares.

El azúcar añadido es utilizado como ingrediente en muchos alimentos durante su procesamiento. Estos son algunos ejemplos de productos con azúcar añadido: cereales de desayuno, barras de fruta, galletas, salsa kétchup y aderezos, alimentos congelados, entre otros.

Es aconsejable limitar la frecuencia de consumo de alimentos ricos en azúcar, se trata simplemente de reducir la ingesta. Una dieta variada y equilibrada también puede incluir la presencia de algunos alimentos dulces, sin embargo; su consumo y cantidad al día tiene que ser moderado y es de suma importancia enfatizar que no existen alimentos prohibidos sino cantidades permitidas

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