Definimos ayuno intermitente como la renuncia voluntaria a cualquier alimento por períodos específicos y recurrentes, en la cual se distribuyen las comidas de una manera distinta a la tradicional.
Pasadas las 12 horas de ayuno, el cuerpo humano entra en un estado fisiológico de cetosis caracterizado por niveles bajos de glucosa en sangre, disminución de los depósitos de glucógeno en hígado y la producción hepática de cuerpos cetónicos.
Se atribuyen numerosos beneficios al ayuno, pero debemos ser prudentes, ya que muchos de ellos no tienen aún suficiente evidencia científica en humanos. Además, hasta hoy los estudios realizados han sido en muestras pequeñas y de corta duración. Se necesita investigación a más largo plazo para demostrar qué tipo de adherencia tiene este tipo de práctica nutricional y estudios también para comprender el posible papel que puede desempeñar el AI en la pérdida de peso o en la mejora de la composición corporal.
El ayuno intermitente bien hecho, puede ser una herramienta más en nutrición para perder grasa y/o mejorar algunos parámetros cardiometabólicos. Ahora bien; los beneficios del ayuno intermitente a la hora de perder grasa vienen dados porque de manera controlada o incontrolada, el ayuno somete a restricción calórica a una persona. Es decir, que si se pierde peso debido a la poca ingesta de calorías durante el día.
Respecto a los beneficios sobre la salud, el ayuno intermitente produce la gran mayoría de sus beneficios debido a la restricción energética (y a veces a la consecuente pérdida de peso). Queda la duda de si puede tener un “extra” en beneficios cardiometabólicos más allá de los generados por el propio déficit energético.
Es decir, que hacer ayuno intermitente sin restricción calórica no proporcionará ningún beneficio a la hora de perder grasa.
Existen tres tipos diferentes de ayuno:
• Ayuno de días alternos: Consiste en mezclar días enteros y no consecutivos en que no se consume nada (no hay aporte calórico) y días donde se consumen todas las calorías que la persona quiera.
• Restricción energética intermitente: Consiste en consumir un porcentaje de energía mucho menor a la energía que es necesaria en el día.
• Ayuno de tiempo restringido: Es el método más habitual. Consiste en pasar de 12 a 21h al día sin comer nada.