En la actualidad existe poco o nulo interés por parte de la población al informarse de los alimentos y bebidas que contienen azúcar o edulcorantes añadidos y los cuales se consumen día a día. Es importante conocer el impacto que tienen algunas sustancias en el metabolismo y a nivel general sobre la salud.
El término edulcorante hace referencia a un aditivo alimentario que es capaz de asemejar el efecto dulce del azúcar y que, habitualmente, aporta menor energía. Algunos de ellos son edulcorantes naturales mientras que otros son sintéticos, denominándose edulcorantes artificiales. En cuanto a su clasificación global, los edulcorantes se pueden clasificar en función de su contenido calórico, según su origen o incluso según su estructura química.
La sacarosa (azúcar de mesa) ha sido relacionada con la obesidad, la diabetes tipo 2, la caries dental y las enfermedades cardiovasculares, entre otras enfermedades. Desde hace décadas, las autoridades sanitarias recomiendan reducir su consumo como prevención de estas enfermedades. Sin embargo, la retirada del azúcar ha dejado paso a una larga lista de edulcorantes, los cuales son potencialmente más dulces que la sacarosa, sin aportar apenas calorías.
El éxito actual de los edulcorantes se basa en proporcionar un menor contenido calórico en la dieta para promover un descenso del peso corporal y prevenir el desarrollo de enfermedades asociadas a la ingesta de azúcar como la diabetes o la caries dental.
Edulcorantes hay de muchos tipos:
– Edulcorantes naturales: el azúcar común, el sirope de agave y la miel; aportan energía.
– Edulcorantes sintéticos o artificiales: Dentro de este grupo se encuentran algunos que aportan energía (sorbitol, xilitol, manitol, etc), pero existen otros que nos aportan 0 calorías (sacarina, aspartamo, etc). Estos aportan el sabor del azúcar de 30 a 300 veces más, pero con un aporte calórico nulo.
La gran mayoría de los edulcorantes naturales tienen el mismo valor calórico que el azúcar y la miel, pero también hay algunos sin valor calórico como la Stevia. Se denominan naturales por ser precisamente de origen natural en plantas o sintetizados por animales (como es el caso de las abejas y la miel).
Desde hace un tiempo, la polémica sobre la seguridad de los edulcorantes artificiales va en aumento. El enorme aumento de la obesidad ha hecho que el consumo de estos endulzantes sintéticos se haya disparado en las últimas décadas. Los más comúnmente utilizados son la sacarina, la sucralosa, el aspartamo y el ciclamato.
Un informe presentado por la OMS, revela que no hay pruebas suficientes para evaluar de forma definitiva los beneficios y los efectos perjudiciales de los edulcorantes, y en particular, los posibles efectos a largo plazo. Todos los edulcorantes artificiales aprobados para su uso han sido determinados como seguros dentro de unos niveles de consumo admisibles.