En el mercado se encuentra variedad de marcas de bebidas energéticas con diferentes colores, sabores y presentaciones. El consumo de estas bebidas se observa comúnmente en gimnasios, en gran parte fomentado por sus “supuestas propiedades”, pues las personas están en busca de mejorar el rendimiento físico y aumentar el enfoque. Sin embargo, es importante que entendamos las consecuencias que conlleva consumir este tipo de bebidas, especialmente, si lo hacemos con frecuencia o desmedidamente.
¿Que contienen estas bebidas?
Los componentes más problemáticos de estas bebidas son la cafeína y los azúcares libres, especialmente porque se encuentran en niveles altos. Una lata estándar de 250 mililitros contiene unos 80 miligramos de cafeína, aproximadamente la misma cantidad que una taza de café.
Además, si una bebida de cola habitual tiene un aproximado de 11 gramos de azúcar por cada 100 mililitros (de por si, excesivo), estos nuevos productos energéticos pueden llegar a tener hasta 15 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, un 36% más elevado.
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando abusas de estas bebidas?
Varios estudios demuestran un aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la presión arterial, arritmias, problemas cardíacos, variaciones peligrosas en el nivel de glucosa en sangre (producen picos rápidos de insulina que hacen trabajar en exceso nuestro páncreas), etc.
Toma en cuenta que, además, las latas de estas bebidas suelen ser más grandes pues se comercializan incluso en el formato de 500 mililitros. Esto equivale a 160 miligramos de cafeína y ¡75 gramos de azúcar por lata! El límite saludable de azúcar definido por la OMS es de 25 gramos al día.
En conclusión, si tomas este tipo de bebidas energéticas estas predisponiéndote a sufrir diabetes, obesidad y resistencia a la insulina, que derivan en problemas como el síndrome metabólico y otras patologías crónicas que inciden negativamente en tu calidad de vida.
