La salud es un valor social que tiene relación con la calidad de la existencia humana. Y es esta calidad y forma de vida de la sociedad la que ha conducido a que la población presente índices de exceso de peso cada vez más elevados. Con ello aparecen las patologías asociadas que constituyen un reto y un grave problema de futuro para la salud pública.
Es indiscutible que para vivir se necesita comer y alimentarse, pero alimentarse no es lo mismo que nutrirse. La alimentación son las acciones que permiten introducir en el organismo los alimentos que precisa. Nutrición, en cambio, es el conjunto de procesos mediante los cuales el cuerpo humano incorpora, transforma y utiliza los nutrientes suministrados con los alimentos. Ocurre involuntariamente tras la ingestión de alimentos, por lo que depende de la calidad de la alimentación. De ahí la importancia que sea saludable, equilibrada, completa y adecuada. Se considera que la alimentación es suficiente cuando proporciona las cantidades óptimas de energía, los nutrientes esenciales para la vida y la cantidad de fibra dietética necesaria para una correcta función intestinal.
La toma insuficiente de fibra y de alimentos de origen vegetal (legumbres, verduras y fruta fresca), el déficit de minerales (principalmente calcio, zinc y hierro) y vitaminas (especialmente del complejo B) o la ingesta hídrica insuficiente, así como errores en las programaciones de las comidas, con respecto a las cantidades ingeridas y la distribución horaria, son también factores que afectan una adecuada nutrición. Un colectivo que tampoco está exento del consumo excesivo de alcohol.
Uno de los principales errores en nutrición al realizar actividad física es el consumo excesivo de proteínas, basado en alimentos de origen cárnico, la ingesta elevada de grasas (especialmente ácidos grasos saturados) y de hidratos de carbono de absorción rápida (como azucares y harinas refinadas de bajo valor nutricional).
Para obtener una completa evaluación de su estado nutricional, es recomendable asistir a un nutricionista. Este profesional no solo le ayudará a mantener un buen estado físico sino que, además, le puede orientar hacia hábitos alimenticios saludables que se traduzcan en una mejor calidad de vida.