Mito 1. Reduciendo el consumo de carbohidratos favorece la pérdida de peso.
A corto plazo, dicha alimentación se caracteriza por una falta de energía, fatiga, menor resistencia. Esto se debe a que los carbohidratos son una de las principales fuentes de energía. Además, la falta de glucosa puede llevar a la formación de cuerpos cetónicos; concentración de los mismos puede aumentar el riesgo de cálculos renales y de gota.
Mito 2. Omitir el desayuno ayuda a bajar de peso.
Todo lo contrario. Disminuir en exceso las calorías puede reducir el metabolismo y la masa muscular. El organismo necesita una cierta cantidad de calorías y nutrientes para poder funcionar correctamente.
Mito 3. Comer por la noche favorece el aumento de peso.
No importa en qué momento del día se come, sino la calidad y cantidad que ingiere, así como también la actividad física que realice. Esto es lo que determina si gana, mantiene o pierde peso.
Mito 4. Ciertos alimentos ayudan a quemar la grasa corporal.
Esto es totalmente falso, ningún alimento puede quemar grasa. Además, la mejor manera de perder peso es reduciendo la cantidad total de
Calorías y siendo físicamente más activo.
Mito 5. Los productos bajo en grasa o sin grasa es sinónimo de cero calorías.
Falso. Un alimento que es bajo o sin grasa generalmente tiene menos calorías que la misma porción del alimento original. Pero muchos alimentos procesados bajos o sin grasa tienen las mismas calorías o incluso más que sus versiones originales. Esto ocurre ya que, comúnmente, se le agrega azúcar o harina para lograr una textura y sabor aceptables al remover la grasa, aportando más calorías.
Mito 6. Sudar favorece la pérdida de peso.
El sudor es agua y lo que se necesita perder son kilos de grasa. Por tanto, los remedios para intentar sudar (plásticos, fajas, saunas, etc) sólo sirven para perder agua corporal, que se recupera rápidamente en cuanto se beben líquidos.
Mito 7. Para perder peso hay que ser vegetariano.
Falso. Muchos de los alimentos de origen vegetal como semillas, frutas secas, quesos vegetales y margarinas vegetales son ricos en grasas. Si se consumen en exceso dichos alimentos se puede aumentar de peso.
Mito 8. Todas las grasas son malas.
Las investigaciones de las últimas décadas ahora se hacen hincapié en los diferentes tipos de grasas y su rol en la salud. Nuestro organismo necesita de las grasas, ya que ellas cumplen muchas funciones en el organismo: transporte de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), formación de hormonas, proveen de ácidos grasos esenciales (que el organismo no las puede fabricar), mantienen las membranas celulares y ayudan en la transmisión nerviosa, entre otras.
