El agua es el componente más abundante del organismo humano, esencial para la vida, es un nutriente acalórico (no aporta calorías) necesario para que el organismo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento.
El agua está implicada de forma directa en diferentes funciones como refrigeración, aporte de nutrientes a las células musculares, eliminación de sustancias de desecho, lubricación de articulaciones, regulación de los electrolitos en la sangre. La mayor cantidad de agua se almacena en el músculo (72% de su peso es agua), conteniendo en cambio el tejido graso una proporción bastante menor. Aproximadamente el 80% de la energía producida para la contracción muscular se libera en forma de calor.
REPOSICIÓN DE LÍQUIDOS DURANTE EL EJERCICIO
Es muy importante estar bien hidratado durante todo el día. Para llegar a los niveles adecuados de consumo de líquidos es necesario adquirir unos hábitos determinados.
• Antes del ejercicio. Se recomienda una ingesta de unos 400-600 ml de agua 1-2 hantes del ejercicio para comenzar la actividad con una hidratación adecuada. Esto permite un menor aumento de la temperatura central corporal y disminuye la percepción del esfuerzo.
• Durante el ejercicio. Cada 15 – 20 minutos entre 150 y 300 ml. Se debe empezar a beber pronto, y a intervalos regulares con el fin de consumir los líquidos a un ritmo que permita reponer el agua y los electrolitos perdidos por la sudoración. Alcanzar un equilibrio hídrico no siempre es posible, porque la cantidad de sudor excretado puede superar la máxima capacidad de vaciamiento gástrico.
• Después del ejercicio. La reposición de líquidos después del ejercicio es fundamental para la adecuada recuperación y debe iniciarse tan pronto como sea posible. Una manera práctica de determinar la cantidad de líquidos que hay que reponer es que se pese antes y después de entrenar, estimando 500 ml por cada libra de peso perdido. Tras ejercicios de larga duración se aconseja una bebida que tenga sodio, lo que permite aumentar la retención de líquidos y suministra el electrolito eliminado por el sudor. También deben administrase hidratos de carbono para reponer de forma rápida los depósitos de glucógeno muscular, gastados durante el esfuerzo.